Rigoberto se ha convertido en mi quimera anacrónica, en el guiño cómplice de una realidad diferente que todos los días me enamora.
jueves, 30 de diciembre de 2010
lunes, 15 de noviembre de 2010
Ciudades desiertas del corazón.
¿Por qué todo tiene que ser tanta palabrería?, ¿por qué no se puede estar juntos simplemente sin hablar tanto, tratando de establecer una comunicación profunda, menos obvia, menos banal y vulgar?
Tú dirás lo que quieras, pero conmigo te jodes. YO NECESITO QUE ME DIGAN LAS COSAS CLARAMENTE, yo sé que mucha otra gente no necesita decirse nada, pero yo no soy así, ni modo, y necesito tener todo muy claro, porque, si no, vivo con miles de ideas estúpidas en la cabeza y nomás valgo para pura chingada.
(De la nada se convirtió en una perra sin sentimientos, como Susana)
Tú dirás lo que quieras, pero conmigo te jodes. YO NECESITO QUE ME DIGAN LAS COSAS CLARAMENTE, yo sé que mucha otra gente no necesita decirse nada, pero yo no soy así, ni modo, y necesito tener todo muy claro, porque, si no, vivo con miles de ideas estúpidas en la cabeza y nomás valgo para pura chingada.
José Agustín
(De la nada se convirtió en una perra sin sentimientos, como Susana)
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miércoles, 10 de noviembre de 2010
Del día de la fiesta en la que un tipo se volvió loco.
Te despiertas por la mañana con un sudor frío generado por la incertidumbre de la noche anterior y el vacío que te provoca despertar a su lado y sentirlo tan lejos. Piensas en ponerte de pie, pero la promesa de los días y -sobretodo- las noches que pasarás a su lado, te hacen recapacitar y esperar sólo un poco más antes de darte por vencida y abandonar desesperadamente esa habitación blanca.
Caminas hacia la puerta, sales por fin del departamento y bajas las escaleras que te dirigen hacia esas calles inundadas de recuerdos.
De un momento a otro, comienzas a sentir cómo un deseo reprimido te provoca un hueco en el pecho. Eres incapaz de reconocer la realidad que te rodea y la evitas haciendo lo que menos debes hacer. Buscas su número en tu agenda, lo marcas y con el simple sonido de su voz, vas sintiendo cómo todo regresa a la normalidad.
Caminas hacia la puerta, sales por fin del departamento y bajas las escaleras que te dirigen hacia esas calles inundadas de recuerdos.
De un momento a otro, comienzas a sentir cómo un deseo reprimido te provoca un hueco en el pecho. Eres incapaz de reconocer la realidad que te rodea y la evitas haciendo lo que menos debes hacer. Buscas su número en tu agenda, lo marcas y con el simple sonido de su voz, vas sintiendo cómo todo regresa a la normalidad.
domingo, 24 de octubre de 2010
20 de octubre de 2010.
Me rompió el corazón y me sentí tan imbécil como mi regalo cursi...
SUPER FAIL!
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